jueves, 25 de agosto de 2016

¿Necesitamos gobierno?

Durante mucho tiempo las fábulas grecolatinas de Esopo y Fedro, adaptadas por el arcipreste de Hita,  Iriarte, Samaniego o cualquier otro fabulista,  han servido de pasto para la educación de nuestros pequeños. Son relatos breves, generalmente en verso, protagonizados por animales, de los que se desprende una lección para la vida llamada moraleja. Quiero traeros aquí una, que me parece de gran valor educativo y que merece la pena conocer. Se trata de las ranas pidiendo rey (Fábulas esópicas, Fedro I, 2) y abre un viejo debate: ¿Es necesario que haya gobierno?



Floreciendo Atenas con leyes muy equilibradas,
la libertad turbó la ciudad desenfrenada
y el libertinaje quebrantó las viejas trabas.
Luchando entonces los partidos con sus bandas,
se apodera Pisístrato el tirano de la atalaya.
Al lamentar la gente su servidumbre amarga,
no porque él fuera cruel, sino por ser pesada
 a sus hombros toda carga, y al hacer demandas,
Esopo entonces les contó esta misma fabla:  
 Viviendo libres en sus charcos unas ranas
pidieron rey a Júpiter con gran bullanga,
que reprimiera a fondo, torpes, sus usanzas.
El padre de los dioses rió y les echó una tranca
no grande, que asustó, arrojada de golpe al agua,
con su meneo y ruido a la miedosa raza.
Yaciendo largo tiempo hundidas en la lama,
saca una el morro sin ruido un día de la charca
y, visto el rey, convoca a la nación de ranas.
Perdido el miedo, a porfía ellas van y nadan,
y salta sobre el tronco tropa descarada.
Habiéndolo manchado con total jarana,
mandaron otro a pedir a Júpiter monarca,
porque el concedido no valía para nada.
Entonces les mandó un endriago(1), que a dentelladas
comenzó a atacarlas una a una. En vano escapan
de la muerte  a penas; el miedo ahoga su garganta.
Así que a Mercurio en secreto a Júpiter le mandan
que socorra a las cuitadas. Pero el dios proclama
entonces: “Ya que no sufristeis la bonanza,
sufrid desgracia.”   (2)  "Ciudadanos, sufrid desgracia
también vosotros, dijo, no otra mayor os caiga".         

     
(1) Con “endriago” traduzco el “hydrum”, una hidra en el original de Fedro. El Arcipreste sustituye la hidra por una cigüeña “manzillera” (matadora, carnicera) que se comía a las ranas de dos en dos porque era ventenera, es decir, probablemente “venternera”, de vientre:  glotona y tragona. 
Enbióles por rey çigüeña manzillera:
çercava todo el lago, ansí faz' la ribera,
andando picoabierta; como era ventenera,
de dos en dos las ranas comía bien ligera.

(2) La moraleja del Arcipreste no tiene pérdida:
 Quien tiene lo que l' cunple, con ello sea pagado,
quien puede seer suyo, non sea enajenado;
el que non toviere premia, non quiera ser apremiado:
libertat e soltura non es por oro conprado.
 

martes, 23 de agosto de 2016

Un palíndromo diabólico

In girum imus nocte et consumimur igni es, como quizá hayais visto enseguida, un palíndromo (de palin “otra vez” y dromo “recorrido”), es decir una frase o palabra escrita que puede leerse de izquierda a derecha, como hacemos habitualmente, y de derecha a izquierda con el mismo significado. Puede traducirse del siguiente modo: en círculo vamos en la noche y nos consumimos en el fuego.
 

Conviene precisar que no es lo mismo un palíndromo que un bifronte: el palíndromo tiene el mismo significado leído en una u otra dirección, como queda dicho. Es el caso del nombre propio Ana o de la frase “dábale arroz a la zorra el abad”. El bifronte, sin embargo, tiene significado distinto, como el  latino ROMA/AMOR o el inglés LIVE/EVIL.


No se conoce la autoría de la frase. Tradicionalmente se ha atribuido a Virgilio, pero no aparece en ninguna de sus obras. Se ha supuesto que para ser un hexámetro le falta un pie, y que sería la forma abreviada de «in girum imus nocte ecce et consumimur igni», que significaría «en círculo vamos en la noche, mira, y nos consumimos en el fuego”. De todas formas, es posible que no se trate de un verso clásico, ya que la palabra «girum » es un término griego que se escribe con “y” en latín clásico: gyrum, lo que desharía la perfección del palíndromo, por lo que puede tratarse de una creación tardía.

Se conoce también a este palíndromo como el “verso del diablo” que, según alguna leyenda medieval, tendría un poder mágico si se escribía en un pergamino y después se quemaba, porque permitiría encontrar nada más y nada menos que la fórmula mágica de la piedra filosofal.  



Cierta relación hay entre los palíndromos y el diablo. Sirva como ejemplo este otro: ROMA TIBI SUBITO MOTIBUS IBIT AMOR:   “En Roma a ti de repente gracias a mis movimientos te llegará el amor”, que parece una fórmula mágica destinada a actuar sobre la realidad. Se creía que el demonio hablaba “al revés”, de ahí el éxito del palíndromo que puede ser leído en ese sentido. Por otro lado, la mención de la noche y del fuego le dan un carácter misterioso y sugerente, si no demoníaco o diabólico. La noche es la oscuridad que contradice la luz del día. El hecho de que el palíndromo pueda leerse de derecha a izquierda y de izquierda a derecha nos hace ver la frase como un anillo, como una serpiente enrollada que se muerde la cola, lo que se contrapone a la linearidad del tiempo y del lenguaje.

 

Este palíndromo es, además, un enigma cuya solución podría ser las mariposas,  polillas u otros insectos nocturnos que atraídos en la oscuridad por la luz de una lámpara se consumen por el fuego de la llama que los atrae, o podría tratarse de estrellas nocturnas que a la luz del fuego del sol se ocultan a nuestra vista, o quizá de las antorchas que acaban consumiéndose ardiendo en la noche o cualquier otra interpretación que se nos ocurra, pero quizá lo más enigmático del “In girum imus…”  es quién es ese sujeto de ambos verbos “vamos” y “nos consumimos”, representados en latín por las desinencias verbales –mus (activa) y –mur (pasiva), y en castellano por –mos, esa primera persona del plural, ese “nosotros”: ¿quiénes somos, en efecto, "nosotros"?   




In girum imus nocte et consumimur igni es también el título de una película francesa rodada en 1978 por el llorado Guy Debord, padre del situacionismo y crítico de lo que él llamó la “sociedad del espectáculo”, en referencia a la sociedad de consumo, alienación capitalista y, diríamos hoy, neoliberal.

jueves, 18 de agosto de 2016

Contra el espectáculo del deporte y las olimpiadas

Decía una señora de mediana edad en el tren esta mañana: "Si nos darían (sic, así se dice en Cantabria) una medalla por la de veces que hemos quedado cuartos en estas olimpiadas..." La señora no acabó la frase. Supongo que iba a añadir que seríamos campeones, millonarios o algo así, ni lo sé ni me interesa mucho, la verdad. Yo que iba a su lado la miraba incrédulo, no podía dar crédito a lo que oía: ¿Una medalla? ¿A nosotros? ¿A ella? ¿A los que viajábamos en el vagón de ese mismo tren? ¿Qué nos importan a nosotros las veces que quedamos -¿quiénes?- primeros o cuartos o decimonovenos en el festival de eurovisión o en el coñazo este insoportalbe de las Olimpiadas de Río de Janeiro?

¿Qué beneficios nos reportan a nosotros, a ti, a mí, a la señora de esta mañana, a cualquiera, los oros o bronces o los triunfos, en general, de unos tenistas como Rafa Nadal o Arantxa Sánchez Vicario? ¿De qué nos sirven las canastas del altísimo jugador de baloncesto Pau Gasol o los éxitos de Fernando Alonso al volante de su bólido? ¿De qué nos valen los cacareados goles de Ronaldo o de Messi? ¿Qué nos importa que la Roja, que es como llaman los hinchas a la selección española de balompié, gane o pierda un partido por goleada? ¿Acaso no rendimos un culto rayano en el fanatismo religioso a algunos deportistas por haber llegado a ocupar el puesto más alto en sus respectivas disciplinas, como Miguel Induráin o Alberto Contador en ciclismo, Íker Casillas o Sergio Ramos en fútbol, Marta Domínguez en atletismo, Gema Mengual en natación y un larguísimo, por no decir, interminable y siempre renovado etcétera?  ¿No celebramos los triunfos de “nuestros” deportistas como si fueran propios nuestros y como si nos fuera la vida en ello? ¿En qué van a invertir los falsos fondos de su ilusión tantas personas que ahora se arrellanan frente al electrodoméstico a la hora que sea cuando concluya la retransmisión de los juegos olímpicos y el inmundo tráfago de noticias que generan?

¿Qué sacamos de provecho, aparte de pasar el rato y matar el tiempo, como suele decirse, y de distraernos de algunas preocupaciones? Nadie pone en duda la importancia de la práctica del deporte; la objeción surge cuando lo que se fomenta no es dicha práctica, -el ejercicio físico es compatible con el mental, ya se sabe: mens sana in corpore sano-, sino la contemplación del espectáculo deportivo, es decir, nuestra reducción al mero papel de espectadores pasivos. Al Poder le interesa muchísimo ya desde muy antiguo que sus súbditos “permanezcan bien atentos a la pantalla”, para que se distraigan, a fin de que no piensen por sí mismos y no sean conscientes de la alienación en la que viven y de la manipulación mediática del “panem et circenses” que padecen desde todas las redes sociales de incautos individuos.

Ellos, me refiero a los gobernantes dictatoriales o democráticos en general (da igual para el caso que sean de izquierdas que de derechas, pues como dijo el otro: “Ni izquierda ni derecha; / entre arriba y abajo, / está la pelea”), no lo reconocen así de claro; ellos dicen que es de vital importancia el "made in Spain"; la exportación de “la marca España”, no se sabe muy bién a dónde ni para qué, si no es para exacerbar el nacionalismo más cavernícola. La apabullante información deportiva que padecemos sólo sirve para dar la sensación de que pasan cosas en el mundo, cuando todos sabemos que en realidad no pasa nada de lo que tenía que pasar de verdad.

Pero ¿no sería más útil, me pregunto yo después de leer el texto de Vitrubio que os propongo más abajo para comentario, que diéramos más importancia, por ejemplo, a los filósofos y pensadores, a los escritores y, en general, a los intelectuales y artistas, cuyas obras nos ayudan a mejorar por nosotros mismos ejercitando nuestras mentes e inteligencias,  comprendiendo un poco mejor el mundo en el que malvivimos, así como cultivando nuestra sensibilidad, objetivos de los que quieren alejarnos, precisamente, los gobernantes democráticos fomentando el espectáculo del deporte como parte fundamental de la sociedad del espectáculo en este mes de vacaciones?

El fragmento que os propongo de Vitrubio es el comienzo del libro IX de su obra De Architectura. Quizá os suene el nombre de este autor por el célebre dibujo que hizo Leonardo da Vinci, conocido como “El hombre de Vitrubio”, para ilustrar el canon de las proporciones del cuerpo humano que formula este arquitecto de la antigua Roma en otro punto del mismo tratado arqutiectónico.

 A los atletas famosos que habían ganado los juegos olímpicos, los píticos, los ístmicos o los de Nemea (1), los antepasados de los griegos les rindieron tan grandes honores que no sólo se llevaban los laureles con la palma y la corona al alzarse ante su público, sino que también cuando volvían a su patria con la victoria, eran conducidos en cuadrigas como generales triunfadores hasta las murallas de sus ciudades de origen, y disfrutaban de por vida de una pensión tributaria a cargo del Estado.  
Nobilibus athletis, qui Olympia, Pythia, Isthmia, Nemea uicissent, Graecorum maiores ita magnos honores constituerunt, uti non modo in conuentu stantes cum palma et corona ferant laudes, sed etiam, cum reuertantur in suas ciuitates cum uictoria, triumphantes quadrigis in moenia et in patrias inuehantur e reque publica perpetua uita constitutis uectigalibus fruantur.

  
Así pues, cuando lo pienso, me asombra que no se hayan atribuido los mismos y aun mayores honores a los escritores, que prestan a todas las naciones infinitos servicios a lo largo del tiempo. Pues sería más digno que así se estableciera, ya que los atletas fortalecen sus propios cuerpos con sus entrenamientos, pero los escritores no sólo fortalecen su propia inteligencia,sino también la de todos, cuando en sus libros para aprender y agudizar los ingenios disponen sus enseñanzas.  
Cum ergo id animaduertam, admiror, quid ita non scriptoribus eidem honores etiamque maiores sint tributi, qui infinitas utilitates aeuo perpetuo omnibus gentibus praestant. Id enim magis erat institui dignum, quod athletae sua corpora exercitationibus efficiunt fortiora, scriptores non solum suos sensus, sed etiam omnium, cum libris ad discendum et animos exacuendos praeparant praecepta.

 
Pues ¿qué provecho tiene para la humanidad el hecho de que Milón de Crotona (2) nunca fuera derrotado, o los demás, que fueron campeones en tal estilo, a no ser que, mientras estuvieron vivos, disfrutaron de gloria entre sus compatriotas? Pero las enseñanzas de Pitágoras, Demócrito, Platón, Aristóteles (3) y otros pensadores, elaboradas a diario con sus constantes desvelos, no sólo proporcionan unos frutos nuevos y provechosos a sus compatriotas, sino también a todo el mundo. Quienes gracias a ellas se alimentan desde sus tiernos años con la abundancia de sus conocimientos obtienen los mejores sentidos de la sabiduría, enseñan a los estados costumbres humanas, derechos justos, leyes, sin las que ninguna ciudad puede mantenerse a salvo.
Quid enim Milo Crotoniates, quod fuit inuictus, prodest hominibus aut ceteri, qui eo genere fuerunt uictores, nisi quod, dum uixerunt ipsi, inter suos ciues habuerunt nobilitatem. Pythagorae uero praecepta, Democriti, Platonis, Aristotelis ceterorumque sapientium cotidiana perpetuis industriis culta non solum suis ciuibus, sed etiam omnibus gentibus recentes et floridos edunt fructus. E quibus qui a teneris aetatibus doctrinarum abundantia satiantur, optimos habent sapientiae sensus, instituunt ciuitatibus humanitatis mores, aequa iura, leges, quibus absentibus nulla potest esse ciuitas incolumis.

Por lo tanto opino que, ya que tan grandes beneficios nos han sido otorgados a los hombres privada- y públicamente por la previsión de los escritores, no sólo es oportuno otorgarles palmas y laureles, sino también concederles desfiles triunfales y considerarlos dignos de culto en los templos de los dioses.
Cum ergo tanta munera ab scriptorum prudentia priuatim publiceque fuerint hominibus praeparata, non solum arbitror palmas et coronas his tribui oportere, sed etiam decerni triumphos et inter deorum sedes eos dedicandos iudicari.
 (Marco Vitrubio, De Architectura, Libro X, 1)
(1)  Aunque los juegos griegos más famosos son los que se celebraban en Olimpia cada cuatro años,  restaurados en el siglo XX por el impresentable Lechantin de Gubernatis, otras ciudades griegas como Delfos, Corinto o Nemea organizaban sus propias competiciones deportivas periódicas.
(2)   Milón de Crotona: Uno de los atletas más legendarios del mundo antiguo, “el más ilustre de los atletas” según Estrabón, fue coronado como vencedor en lucha libre en Olimpia no menos de seis veces. Nacido en el sur de Italia, donde Grecia tenía tantas colonias, Milón ganó el certamen de lucha infantil en el 540 a. C. Volvió ocho años después para ganar el primero de sus cinco consecutivos títulos de campeón, proeza que parece increíble según los modernos cánones. Rara vez han competido nuestros modernos deportistas olímpicos en más de dos o tres olimpiadas durante el trascurso de su carrera.
(3)  Cita Vitrubio, a título de ejemplo, a cuatro filósofos griegos: a los presocráticos Pitágoras y Demócrito, y a los postsocráticos Platón y Aristóteles. En el fresco de la capilla Sixtina que pintó Rafael conocido como La Escuela de Atenas,  Platón (para el que se inspiró en Leonardo, según parece)  y Aristóteles ocupan los lugares centrales (1 y 2 respectivamente), mientras que el matemático Pitágoras se encuentra tomando notas a la izquierda (número 7). No se ha identificado a Demócrito de Abdera, el filósofo atomista. Sólo hay una mujer, Hipatia de Alejandría (número 5), y el propio pintor, Rafael, se incluyó en su fresco en la esquina derecha (número 20).
 

domingo, 7 de agosto de 2016

Turistas y viajeros

¿Para qué irse de vacaciones? ¿Para desconectar provisionalmente y luego poder aguantar lo inaguantable? ¿Para recargar las pilas? ¿Va uno a gastarse los ahorros para eso o la paga entera y medio sueldo del mes que viene en un crucero por el Caribe u otro, más cultural, por el Mediterráneo, o en un circuito a Kenya y Tanzania para hacer un safari fotográfico y retratar con la cámara fotovideográfica imágenes, imágenes, imágenes: lo que no se va a ver in situ sino en casa, como hacen los japoneses pertrechados de los mejores equipos fotográficos que en vano pretenden captar la luz? Desengañémonos, no existe el viaje: lo único que hay, y mucho, es el turismo, que viene del francés “tour”, sí, como el “tour” de Francia, y que significa “vuelta”: porque el turista es el que da vueltas, más vueltas que un tonto, y más vueltas todavía hasta descubrir un buen día en el mejor de los casos que no va a ninguna parte dando tantas vueltas como da, que es como una peonza que siempre está girando sobre sí misma en el mismo lugar.

 "Turista tú eres el terrorista"

Como mucho, descubrirá acaso la verdad de que no existe el viaje, y, mucho menos, la evasión: los problemas van con nosotros, en la mochila, el equipaje de mano o en la maleta facturada: viajan con nosotros. Las preocupaciones son como nuestra sombra, por mucho que queramos librarnos de ella, siempre que nos pongamos a tostarnos al sol que más calienta, allí estará, a nuestros pies, constante, como siempre, fiel compañera, nuestra propia sombra… Ya lo dijo Horacio con una economía lingüística insuperable, y además en verso (un decasílabo alcaico): post equitem sedet atra cura: va en el jinete la negra murria; exactamente galopa a la grupa del caballero, bien aferrada a él, la sombría preocupación: su angustia. 



No tenemos ninguna necesidad de ir a ver el Coliseo a Roma, ni la Torre Eiffel a París, ni las pirámides de Egipto, ni montar en el tren ese que tiene tanto encanto para subir al Machu Pichu… El Coliseo, la Torre Eiffel, las Pirámides o el Machu Pichu están bien allí donde están, y a ellos no les hace ninguna falta que nosotros vayamos a verlos, y nosotros estamos bien aquí, donde estamos, y tampoco nos hace, sinceramente, ninguna falta ir a ver esos monumentos: por mucho que queramos huir de nosotros mismo, no vamos a conseguirlo. No vamos a librarnos de esos incómodos compañeros de viaje que somos nosotros mismos.

Quedémonos mejor en casa, ahorrémonos el pastón que íbamos a gastarnos en una agencia de viajes, y de verdad: no nos matemos a trabajar para irnos de vacaciones. Que el trabajo es lo que nos quita la salud y nos mata. Y las vacaciones, ese invento del gobierno y de la prostitución sindical, no son más que un engaño para luego volver al trabajo, una vez renovada la fuente de energía.

Pero en este país en el mes de agosto no está en su sitio ni Dios: todo el mundo se va de vacaciones al mar, a la costa, huyendo de sus responsabilidades. Pero no es una huida irresponsable, qué más quisiéramos, sino todo lo contrario: es una huida programada y favorecida desde arriba por el Estado y/o el Capital -tanto monta- para someternos, como siempre, a los que andamos por aquí abajo y a veces nos dejamos engañar con el espejismo de las vacaciones, al igual que con el espejismo del fin de semana, mero pretexto para que la semana, que no se acaba nunca de verdad porque no tiene fin -la expresión fin de semana, finde o week-end es un engaño-, vuelva a empezar otra vez.


Lo mismo sucede con la celebración del fin de año: un año acaba para dar paso a otro, que es el mismo siempre con distinto nombre y número: el mismo perro con otro collar.  Lo bueno sería que se acabara el año que está en vigor -2016- para siempre, no para que empezara 2017 como sucederá inevitablemente a menos que hagamos algo para remediarlo. ¿Por qué? Porque el año vigente es siempre un "annus horribilis", como dijo la reina de Inglaterra para describir un año particularmente desastroso para ella, pero todos lo son para todos, porque todos son en el fondo el mismo y único año, el 2016, el 1959 antes de Cristo y el 3412 después. Sería lo mejor que nos dedicáramos a vivir en lugar de a viajar y a contar el tiempo que falta para las vacaciones  y a someternos a sus dictados, la más oprobiosa de las dictaduras.

Hay muchos turistas, pero ningún viajero, porque el viajero de verdad no sabe a dónde va, mientras que el turista sabe muy bien a dónde va: al mismo hotel, al mismo restorán, al mismo país, al mismo sitio siempre.

viernes, 5 de agosto de 2016

Guerra a la guerra (Tibulo)

Calino de Éfeso ya sugería en sus tiempos, que no dejan de ser estos nuestros (por aquello de don Antonio Machado de que "hoy es siempre todavía"), que en paz creéis estar, pero la guerra gobierna toda la tierra, es decir, que aquello que llamamos "paz", pax Americana, es la moderna versión de la pax Romana, es decir, una paz armada y, por lo tanto, una hipóstasis de la guerra. Uno no puede declararse pacifista y quedarse tan tranquilo porque eso significa apoyar lo que los gobiernos y Estados llaman "paz", es decir, una guerra maquillada, enmascarada y disfrazada, como lobo con piel de cordero, que a veces denominan defensa de los derechos humanos y de la democracia, lucha contnra el terrorismo, misión humanitaria...   Ya lo dice la canción del maestro zamorano: porque guerra, la paz... porque llaman amor a la ley, / y ley a la fuerza, /  y verdad a la mentira.
 
He aquí la elegía  de Tibulo contra la guerra.

Quis fuit, horrendos primus qui protulit enses?
Quam ferus et uere ferreus ille fuit!
¿Quién el primero fue en empuñar espadas horribles?
¡Cuán brutal y en verdad hombre de hierro fue aquel!

Tum caedes hominum generi, tum proelia nata,
tum breuior dirae mortis aperta uia est.
Vino entonces el crimen al género humano y la guerra,
más rauda entonces se abrió vía de muerte feroz.

Detalle de la columna de Trajano, Roma

An nihil ille miser meruit, nos ad mala nostra
uertimus, in saeuas quod dedit ille feras?
¿Culpa no tuvo ninguna el pobre y nosotros a nuestra
costa trocamos lo que él contra alimañas nos dio?

Diuitis hoc uitium est auri, nec bella fuerunt,
faginus adstabat cum scyphus ante dapes.
Ni esta codicia del oro valioso había ni guerras
cuando solía tazón de haya en las mesas estar.

Non arces, non uallus erat, somnumque petebat
securus sparsas dux gregis inter oues.
Ni ciudadelas había ni muros, y el sueño lograba
el rabadán en paz, diseminada su grey.


Tunc mihi uita foret, uolgi nec tristia nossem
arma nec audissem corde micante tubam;
Que yo viviera entonces y al pueblo no viera con tristes
armas ni oyera el clarín y el corazón palpitar.

Nunc ad bella trahor, et iam quis forsitan hostis
haesura in nostro tela gerit latere.
Hoy a la guerra me arrastran, y acaso ya un enemigo
lleva la flecha que me ha de atravesar el costal.

Sed patrii seruate Lares: aluistis et idem,
cursarem vestros cum tener ante pedes.
Pero guardadme, Lares paternos: también me cuidasteis
cuando a vuestros pies correteaba chaval.


Neu pudeat prisco uos esse e stipite factos:
sic ueteris sedes incoluistis aui.
No os sepa mal estar en tosca madera tallados:
que presidisteis hogar de antepasados así.

Tum melius tenuere fidem, cum paupere cultu
stabat in exigua ligneus aede deus.
Ellos mejor os honraron, cuando con rústico culto
en hornacina vulgar talla se alzaba de un dios.

Hic placatus erat, seu quis libauerat uua,
seu dederat sanctae spicea serta comae,
Se le aplacaba a aquél, si libaba alguien con vino
o a su sagrada testuz daba espigado festón.


Atque aliquis uoti compos liba ipse ferebat
postque comes purum filia parua fauum.
Y uno en persona llevaba, cumplido el deseo, pasteles
y pura miel, con él, su hija pequeña detrás.

At nobis aerata, Lares, depellite tela,
(...) hostiaque e plena rustica porcus hara.
Pero alejad de nosotros los dardos, Lares, de bronce,
(...) y un cerdo, ofrenda rural, de un rebosante cubil.

Hanc pura cum ueste sequar myrtoque canistra
uincta geram, myrto uinctus et ipse caput.
Voy a seguirla con puro vestido y llevar entrelazados
cestos de mirto, y también frente ceñida de tal.


Sic placeam uobis: alius sit fortis in armis
sternat et aduersos Marte fauente duces,
Yo os guste así: que valiente soldado sea en las armas
otro y con Marte a favor venza a caudillo rival,

ut mihi potanti possit sua dicere facta
miles et in mensa pingere castra mero.
para que mientras bebo narrarme pueda sus gestas
él y con vino pintar sobre la mesa el cuartel.

Quis furor est atram bellis accersere mortem!
Inminet et tacito clam uenit illa pede.
¡Qué desvarío atraer con guerras la muerte funesta!
Cerca está ella y sin ver viene con tácito pie. 

 
Non seges est infra, non uinea culta, sed audax
Cerberus et Stygiae nauita turpis aquae;
No hay mies ni viñas abajo: sino el can Cérbero fiero
y el barquero feroz de la laguna infernal.

Illic percussisque genis ustoque capillo
errat ad obscuros pallida turba lacus.
Con las mejillas ajadas allí y chamuscado el cabello
vaga la pálida grey hacia la charca espectral.

Quam potius laudandus hic est, quem prole parata
occupat in parua pigra senecta casa.
Cuánto más elogiable aquel al que junto a su prole
gana en humilde hogar la perezosa vejez.

Ipse suas sectatur oues, at filius agnos,
et calidam fesso conparat uxor aquam.
Él va tras sus ovejas, y tras los corderos el hijo
y agua al cansado le da tibia la esposa a sus pies.


Sic ego sim, liceatque caput candescere canis,
temporis et prisci facta referre senem.
Sea yo así y platear mis sienes pueda de canas
y hechos, viejo, de un tiempo pasado narrar.

Interea pax arua colat. pax candida primum
duxit araturos sub iuga curua boues,
Paz entre tanto cultive los campos; la paz lo primero
puso, radiante, bajo un yugo a los bueyes a arar.

Pax aluit uites et sucos condidit uuae,
funderet ut nato testa paterna merum,
Paz nutrió las viñas y el zumo crió de las uvas,
para a su hijo el porrón darle paterno a beber.


Pace bidens uomerque nitent—at tristia duri
militis in tenebris occupat arma situs—
Brillan en paz azada y arado -pero las tristes
armas de atroz militar baña en tinieblas orín.

Rusticus e lucoque uehit, male sobrius ipse,
uxorem plaustro progeniemque domum.
Y el campesino del bosque, apenas sereno a su esposa
e hijos se pone a llevar sobre su carro al hogar.

Sed Veneris tum bella calent, scissosque capillos
femina perfractas conqueriturque fores.
Mas ya se avivan las lides de Venus, y el pelo jalado
y el derribado dintel hace a la chica llorar.

Flet teneras subtusa genas, sed uictor et ipse
flet sibi dementes tam ualuisse manus.
Llora ajando sus frescas mejillas, pero él victorioso
llora que hicieran también tanto sus manos furor.


At lasciuus Amor rixae mala uerba ministrat,
inter et iratum lentus utrumque sedet.
Pero el Amor, gandul, inspira a la riña palabras
duras y sienta en mitad él de enfadados los dos.

A, lapis est ferrumque, suam quicumque puellam
uerberat: e caelo deripit ille deos.
Ah, es una roca y un trozo de hierro quien a su chica
pega: del cielo aquel hace a los dioses caer.

Sit satis e membris tenuem rescindere uestem,
sit satis ornatus dissoluisse comae,
Sea bastante rasgar de su cuerpo el ligero vestido,
baste con despeinar moño del pelo sin más.

Sit lacrimas mouisse satis: quater ille beatus,
quo tenera irato flere puella potest.
Baste haber provocado el llanto: cien veces dichoso,
al que enfadado llorar puede la tierna mujer.

Sed manibus qui saeuus erit, scutumque sudemque
is gerat et miti sit procul a Venere.
Pero el que sea cruel con sus manos, escudo y la lanza
porte y de dulce amor póngase lejos aquél.


At nobis, Pax alma, ueni spicamque teneto,
perfluat et pomis candidus ante sinus.
Pero a nosotros ven, madre Paz, y sujeta la espiga,
y tu radiante faldón frutos nos dé a rebosar.

(Tibulo, I, 10)

miércoles, 3 de agosto de 2016

A la caza del conejo virtual

No sé cómo debe hacerse el plural de pokémon(sic): pokémones, pókemons, pokemones, pokemons, o dejarlo en singular. No entiendo tampoco la tilde en la e: pokémon, innecesaria en castellano. Tampoco me explico muy bien esa letra ka en medio de la palabra. ¿No estaría más acorde con nuestra ortografía castellana “poquemon”, “póquemon” o “poquemón”, o como quiera que se diga, pero con qu de queso de toda la vida?

Tampoco sé muy bien qué es eso de un pokémon, la verdad. Al parecer se trata, por lo que me dicen y leo por ahí, de dibujitos muy infantilones, de los que el primero fue un tal Pikachu -¡otra vez la kappa griega entrometida!- y ahora se han reproducido, crecido y multiplicado, hasta la saciedad de los ciento no sé cuántos, de ahí la necesidad del número plural para hablar de ellos. Uno de ellos, quizá el más amable, es una especie de conejito amarillo, o algo por el estilo, con dos mofletes orondos y rojos y las puntas de sus orejas negras.


Al parecer hay un juego que consiste en salir a la calle a cazarlos, teléfono inteligente en ristre: son unos monstruos virtuales que aparecen en la pantalla del móvil y que hay que cazar, por lo que se nos obliga a permanecer atentos a la pantalla cada vez que aparece uno, confundiéndose la realidad exterior, que también vemos en nuestro aparato, con la creada por el teléfono, que nos hace ver engendros de estos -algunos realmente monstruosos- donde no los hay. Es lo que llaman “realidad ampliada”.

La dedicación a la caza del bicho logra distraernos del mundo circundante, despertar en nosotros el instinto predador de la caza, sacarnos de casa -dicen sus defensores que eso es lo bueno y lo mejor del juego- pero claro, hay que tener güifi incorporada (wifi en la lengua del imperio, que se pronuncia, guayfay, por cierto y no güifi).


La caverna de Platón

Es lo que nos faltaba en este verano del año del señor de 2016: la gilipollez cinegética generalizada de la caza del poquemon. El juego “Pokémon go” promueve, además, según han dictaminado los más alarmistas, instintos primitivos de violencia entre niños, adolescentes y no tan jóvenes. Lo cierto es que está causando furor en medio mundo, y se espera su llegada en el otro medio. La casa que lo ha creado, Nintendo, ganó miles de millones en dos días, cotizándose sus acciones en la bolsa de Tokio hasta casi el doble de su valor. 


La OCU, que es el acrónimo la Organización de Consumidores y Usuarios, advierte bienintencionadamente de que al estar pendientes de la pantalla del teléfono a la vez que andamos por la calle podemos olvidarnos del mundo real en el que estamos inmersos, es decir, de los coches, los semáforos y otros peligros que pueden ocasionarnos accidentes involuntarios. Además, la aplicación consume los datos y la batería del aparato a gran velocidad, lo que puede generar estrés y frustración. 

Miles de personas terminan viviendo en una realidad virtual, falsa. La casa Nintendo quiere entretenernos como sea, generalizando la diversión para que no seamos conscientes del aburrimiento general en el que se desenvuelve nuestra existencia, para que sigamos aburriéndonos sin darnos cuenta, o creyendo que estamos haciendo algo divertido, guay y cuqui, como es cazar estos monstruitos. 



 ¿Habrá que agradecerle al menos a dicha casa comercial que nos haya mostrado, sin querer, que la dura y cruda realidad, la cotidiana, es tan falsa como la ampliada y virtual que nos muestran las pantallas de los sedicentes teléfonos inteligentes,  y que seguimos inmersos por lo tanto en la caverna de Platón, que ya es el mundo entero, donde las imágenes que vemos, filtradas por la cámara y la pantalla de nuestros móviles, siendo reales, son más falsas y traidoras que Judas iscariote?